Hype, futuro o ... sencillamente otro elemento más a tener en cuenta. La historia nos dice que nada muere, y todo suma para complicarle la vida al profesional MCX.
Veo más probable que los virfluencers o ainfluencers que se hagan sean réplicas de influencers vivos, hechos a partir de la ia para explotar (o autoexplotar) su audiencia. Ya lo están haciendo en China con versiones de influencers replicados para stream shopping 24/7.
Me imagino un futuro cercano en el que la presión de tener que crear contenidos constantemente sin la posibilidad de delegar su presencia acabará por que los influencers empiecen a crear contenido generado por ia usando su propio doble digital.
Como profesional de la educación universitaria, me preocupa esa recomendación de dejar a los adolescentes a solas con ChatGPT. Si les damos una herramienta que parece pensar por ellos, ¿cómo podemos entonces enseñarles a pensar?
Una de las características de la educación a grandes grupos es crear condiciones en las que el alumno termina aprendiendo algo aunque se resista (exámenes, ensayos, debates; siempre queda algo). Dándoles una herramienta que les permite salir del paso en estos trances les está haciendo una auténtica faena.
Esto repercutirá en un principio básico no sólo de la educación sino de nuestras sociedades: la igualdad. Y no hablo de igualdad económica (aunque esté relacionada), sino de la brecha que crecerá entre aquellos alumnos cuyos padres (a) tienen y (b) dedican tiempo a estar con ellos y explicarles y motivarles cosas, y la gran mayoría que no.
La educación, entre muchas otras cosas, consiste en formar mentes capaces de pensar independientemente. Dejarles solos con una máquina lo hace por ellos es completamente contrario a este propósito.
Bueno, más que adolescentes, pienso en universitarios y/o jóvenes profesionales. Pero tienes razón, si nos regalamos una hta que piensa por nosotros, podríamos hacernos vagos a la hora de pensar. Imagino que alguien pensó lo mismo con las calculadoras. No estoy diciendo que esté “seguro” de lo contrario a lo que tú expones. No podemos saber lo que va a pasar.
Debe ser que yo idealizo el ingenio y la capacidad humana. Pienso en mis hijas y las veo más listas y más capaces de lo que nuestra generación era. Mejor preparadas.
Y me imagino que lo que mueve el mundo no es nuestra capacidad para pensar, sino nuestra capacidad de motivarnos para resolver problemas. Y confío en que no nos falte de eso, aunque nos den calculadoras.
Por otro lado, creo que Netflix y Tik Tok dañan más nuestra capacidad de pensar que ChatGPT. Los de arriba son “encefalogramaplanadores”. Los LLMs son gimnasios para la mente. Si yo los uso a diario, es posible que esté pensando más (con él, a veces soporte al 90% y a veces al 20%) que si me paso el tiempo viendo la tele.
Es cierto, no podemos negar que la IA es una herramienta de futuro muy poderosa y que es absurdo negársela a los jóvenes con excusas que, en el fondo, no esconden nada más que nuestros prejuicios.
Pero, al mismo tiempo, tenemos que entender en qué consiste ser joven y *estar en desarrollo*. Como bien citas los terribles efectos que las redes sociales han tenido sobre la Gen-Z (que, por cierto, cita Jonathan Haidt en este artículo devastador y reciente en The Atlantic: https://www.theatlantic.com/technology/archive/2024/03/teen-childhood-smartphone-use-mental-health-effects/677722/), del mismo modo hemos de entender que son cerebros en desarrollo y que esta tecnología no es análoga a las calculadoras, sino que aparenta replicar de forma convincente aquello que consideramos definitorio como seres humanos: nuestra capacidad para pensar.
El efecto directo de ChatGPT lo noté en las aulas (enseño en los primeros años de carrera) prácticamente al mismo tiempo que apareció en abierto en noviembre de 2022. Desde entonces, ya no puedo pedirle a los alumnos que escriban un ensayo reflexionando sobre nada. Es decir, ya no puedo entrenarles en escribir y pensar a través de la palabra meditada. Y esto es muy grave: ya no se tienen que enfrentar al problema de pensar profundamente en algo.
Nuestra capacidad para resolver problemas proviene de nuestra capacidad para pensar. La innovación es "resolver problemas"... pensando. La creatividad se ejercita cuando tienes que enfrentarte a un problema y no tienes soluciones al alcance de un chat. El pensamiento (o, por desgracia y con frecuencia, la falta de) es lo que termina definiendo el mundo. Y a nosotros mismos como individuos.
Siempre hemos de tener fe en los jóvenes, pero también hemos de tener el valor de protegerles cuando vemos algo que consideramos dañino para su desarrollo. Les fallamos con los smartphones y el acceso a redes sociales 24/7. Temo que estemos a punto de fallarles otra vez de una forma más insidiosa y devastadora: privándoles de la oportunidad de aprender a pensar independientemente.
Soy muy fan de Haidt (por su libro The righteous mind. Sigo sus investigaciones sobre el impacto del móvil en adolescentes (y como me duelen, tiendo a ser escéptico, pero sobre todo, a moderar la postura de uno u otro lado). Antes de él, autores como Neil Postman advirtieron (sin datos) del daño que Barrio Sesamo y la TV tenía en los niños y en nuestra forma de afrontar la vida (atacaba la "cultura del entretenimiento" en general). A mí sinceramente, cuando veo cómo va el mundo (i.e. la paranoia de "los influencers"), me dan tentaciones de pensar que nos vamos a la mierda. Pero los datos macro tienden a enseñar lo contrario. Así que deberíamos aceptar lo bueno, con lo que tiene de malo.
E insisto, mi recomendación es para estudiantes universitarios de "final de carrera" (por matizar) o inicio de carrera profesional (20-25 años, por ser explícitos). A estos "niños" hay que ayudarles a volar libremente... y confiar.
Veo más probable que los virfluencers o ainfluencers que se hagan sean réplicas de influencers vivos, hechos a partir de la ia para explotar (o autoexplotar) su audiencia. Ya lo están haciendo en China con versiones de influencers replicados para stream shopping 24/7.
Me imagino un futuro cercano en el que la presión de tener que crear contenidos constantemente sin la posibilidad de delegar su presencia acabará por que los influencers empiecen a crear contenido generado por ia usando su propio doble digital.
me inclino a pensar como tú, también ...
Como profesional de la educación universitaria, me preocupa esa recomendación de dejar a los adolescentes a solas con ChatGPT. Si les damos una herramienta que parece pensar por ellos, ¿cómo podemos entonces enseñarles a pensar?
Una de las características de la educación a grandes grupos es crear condiciones en las que el alumno termina aprendiendo algo aunque se resista (exámenes, ensayos, debates; siempre queda algo). Dándoles una herramienta que les permite salir del paso en estos trances les está haciendo una auténtica faena.
Esto repercutirá en un principio básico no sólo de la educación sino de nuestras sociedades: la igualdad. Y no hablo de igualdad económica (aunque esté relacionada), sino de la brecha que crecerá entre aquellos alumnos cuyos padres (a) tienen y (b) dedican tiempo a estar con ellos y explicarles y motivarles cosas, y la gran mayoría que no.
La educación, entre muchas otras cosas, consiste en formar mentes capaces de pensar independientemente. Dejarles solos con una máquina lo hace por ellos es completamente contrario a este propósito.
Bueno, más que adolescentes, pienso en universitarios y/o jóvenes profesionales. Pero tienes razón, si nos regalamos una hta que piensa por nosotros, podríamos hacernos vagos a la hora de pensar. Imagino que alguien pensó lo mismo con las calculadoras. No estoy diciendo que esté “seguro” de lo contrario a lo que tú expones. No podemos saber lo que va a pasar.
Debe ser que yo idealizo el ingenio y la capacidad humana. Pienso en mis hijas y las veo más listas y más capaces de lo que nuestra generación era. Mejor preparadas.
Y me imagino que lo que mueve el mundo no es nuestra capacidad para pensar, sino nuestra capacidad de motivarnos para resolver problemas. Y confío en que no nos falte de eso, aunque nos den calculadoras.
Por otro lado, creo que Netflix y Tik Tok dañan más nuestra capacidad de pensar que ChatGPT. Los de arriba son “encefalogramaplanadores”. Los LLMs son gimnasios para la mente. Si yo los uso a diario, es posible que esté pensando más (con él, a veces soporte al 90% y a veces al 20%) que si me paso el tiempo viendo la tele.
Es cierto, no podemos negar que la IA es una herramienta de futuro muy poderosa y que es absurdo negársela a los jóvenes con excusas que, en el fondo, no esconden nada más que nuestros prejuicios.
Pero, al mismo tiempo, tenemos que entender en qué consiste ser joven y *estar en desarrollo*. Como bien citas los terribles efectos que las redes sociales han tenido sobre la Gen-Z (que, por cierto, cita Jonathan Haidt en este artículo devastador y reciente en The Atlantic: https://www.theatlantic.com/technology/archive/2024/03/teen-childhood-smartphone-use-mental-health-effects/677722/), del mismo modo hemos de entender que son cerebros en desarrollo y que esta tecnología no es análoga a las calculadoras, sino que aparenta replicar de forma convincente aquello que consideramos definitorio como seres humanos: nuestra capacidad para pensar.
El efecto directo de ChatGPT lo noté en las aulas (enseño en los primeros años de carrera) prácticamente al mismo tiempo que apareció en abierto en noviembre de 2022. Desde entonces, ya no puedo pedirle a los alumnos que escriban un ensayo reflexionando sobre nada. Es decir, ya no puedo entrenarles en escribir y pensar a través de la palabra meditada. Y esto es muy grave: ya no se tienen que enfrentar al problema de pensar profundamente en algo.
Nuestra capacidad para resolver problemas proviene de nuestra capacidad para pensar. La innovación es "resolver problemas"... pensando. La creatividad se ejercita cuando tienes que enfrentarte a un problema y no tienes soluciones al alcance de un chat. El pensamiento (o, por desgracia y con frecuencia, la falta de) es lo que termina definiendo el mundo. Y a nosotros mismos como individuos.
Siempre hemos de tener fe en los jóvenes, pero también hemos de tener el valor de protegerles cuando vemos algo que consideramos dañino para su desarrollo. Les fallamos con los smartphones y el acceso a redes sociales 24/7. Temo que estemos a punto de fallarles otra vez de una forma más insidiosa y devastadora: privándoles de la oportunidad de aprender a pensar independientemente.
Soy muy fan de Haidt (por su libro The righteous mind. Sigo sus investigaciones sobre el impacto del móvil en adolescentes (y como me duelen, tiendo a ser escéptico, pero sobre todo, a moderar la postura de uno u otro lado). Antes de él, autores como Neil Postman advirtieron (sin datos) del daño que Barrio Sesamo y la TV tenía en los niños y en nuestra forma de afrontar la vida (atacaba la "cultura del entretenimiento" en general). A mí sinceramente, cuando veo cómo va el mundo (i.e. la paranoia de "los influencers"), me dan tentaciones de pensar que nos vamos a la mierda. Pero los datos macro tienden a enseñar lo contrario. Así que deberíamos aceptar lo bueno, con lo que tiene de malo.
E insisto, mi recomendación es para estudiantes universitarios de "final de carrera" (por matizar) o inicio de carrera profesional (20-25 años, por ser explícitos). A estos "niños" hay que ayudarles a volar libremente... y confiar.