Retrato robot del consumidor en 2030. Nuevos tiempos, nuevos hábitos.
La IA generativa cambiará nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Y las expectativas que ponemos en nuestros puntos de contacto con marcas y organizaciones.
Si prefieres escuchar el artículo, este es el podcast que hemos creado con NotebookLM, de Google.
La IA lleva entre nosotros más tiempo del que sospechamos. Pero la inteligencia artificial que se denomina generativa -la que pinta, escribe, compone y baila- sólo lleva “unos meses” y se está colando de manera acelerada en nuestras vidas. Seamos conscientes o no, se meterá en nuestros bolsillos, en nuestras teles, en las gafas, relojes, electrodomésticos, coches, robots …
A principios de año se escribió mucho sobre lo que nos esperaba en 2025: modelos razonadores, agentes, vídeo bajo demanda… Pero ¿qué nos espera en los próximos cinco años? Y sobre todo, ¿cómo cambiará esta nueva tecnología -que se aproxima cada vez más a una inteligencia super humana-, nuestra forma de relacionarnos con el mundo?
Cuando Google nos proporcionó por fin un buscador de verdad útil, nuestra forma de acceder a la información cambió para siempre. Y de ese cambio de hábitos, nació una forma de publicidad que es hoy predominante: la publicidad contextual. Las redes sociales y los móviles dieron paso al marketing de influencers. Seguimos manejando conceptos del siglo XX: marca, posicionamiento, investigación de mercado, embudo de conversión… Pero la disciplina del marketing se ha visto profundamente desdibujada en estos veinte años, dando paso a otras como la experiencia de cliente que han ganado predominancia según se iban digitalizando los puntos de contacto entre consumidores y marcas. Y ahora pinta que la llegada de la IA generativa a nuestras vidas volverá a cambiarlo todo en un plazo de tiempo aún menor.
Yo calculo cinco años.
Llevo semanas dándole vueltas a este artículo, anotando enlaces, haciendo mindmaps y peloteando ideas con ChatGPT y Claude para imaginar qué es lo que aún no podemos imaginar, pero marcará la interacción entre consumidores y marcas de aquí a cinco o diez años. Qué nuevos hábitos, qué gadgets, qué interfaces de relación, … Qué tendencias se agudizarán y qué rutinas eliminaremos igual que hace años dejamos de leer anuncios por palabras en los periódicos, o de extraer sobres de publicidad en nuestros buzones postales. No estoy satisfecho al 100% de la reflexión que hoy comparto con vosotros, pero tenía que expulsarla ya de mí para poder pasar página y recuperar mis relaciones consuetudinarias con familia y amigos.
Os propongo un viaje por los hábitos y comportamientos que iremos adoptando gracias a la proliferación de la IA en nuestras vidas. Algunos se solapan en cosas, otros podrían ser secundarios… pero he renunciado a estructurarlos más allá de abordarlos de más cercanos a más lejanos en el tiempo según mi comprensión de la evolución de la tecnología, de los sistemas que condicionan el avance -la regulación estatal, la coordinación social, la necesidad de estándares, la transformación empresarial- y de la aceptación del cambio a título individual. No sé si encontraréis en estos 15 epígrafes algo concreto que ayude en la toma de decisión en 2025, como profesionales MCX, pero confío en que cuando menos, proporcione un rato de lectura sugerente.
Allá vamos.
El futuro de la búsqueda es conversacional.
El futuro de la búsqueda no pasa por el clic en un enlace,
sino por mantener diálogos inteligentes a través de preguntas y respuestas.
Ya lo estamos viviendo y es espectacular. En los últimos veinte años, Google nos ha acostumbrado a escribir dentro de una cajita y a pinchar en enlaces buscando la respuesta que necesitamos con rendimientos decrecientes. Perplexity (y ahora ChatGPT e Google con sus AI Overviews) nos demuestra que es más eficaz acceder a lo desconocido a través de una conversación socrática con motores de lenguaje que nos entienden y nos explican los resultados que ellos analizan, como si fueran humanos. Y podemos matizar, preguntar de nuevo… No hay vuelta atrás, una vez que nos conectamos al conocimiento con la intermediación de un LLM, no volveremos a la caja tonta.
El uso de la voz también apuntalará nuestra querencia por estos nuevos oráculos. Y que un asistente de búsqueda memorice nuestras preferencias y nuestro contexto ampliará si cabe la experiencia.
El futuro del aprendizaje son los tutores personalizados.
La educación será una conversación socrática
con tutores personales que nos retan y nos guían en el aprendizaje.
Pero la búsqueda esporádica de información es diferente al esfuerzo sostenido de aprendizaje de nuevos conocimientos o habilidades. La educación reglada y el long life learning se verá transformado por la llegada de tutores virtuales de IA que se adaptan a cada estudiante. Para algunos alumnos usarán videojuegos, para otros adivinanzas. Si entendemos un concepto a la primera, nuestro tutor virtual avanzará; si tenemos dificultades, identificará dónde está la confusión.
El impacto positivo de un tutor privado en los resultados académicos ha sido ampliamente demostrado. Instituciones educativas, empresas de aprendizaje a distancia: todos pondrán al servicio de los estudiantes tutores virtuales entrenados y especializados para ayudarnos a adquirir conocimiento. En Nigeria, los resultados son prometedores. Los profesores humanos no desaparecerán, pero su rol cambiará, centrados en inspirar y en desarrollar habilidades sociales y pensamiento crítico.
La victoria del influencer frente a los medios. Con la intermediación del algoritmo.
En un mundo saturado de contenido e intermediado por algoritmos,
la conexión emocional con el creador marca el ritmo.
La superabundancia de contenido en la que ya vivimos no dejará de expandirse, impulsada por la IA generativa. Nuestra dieta informativa y de entretenimiento es satisfecha a través de tres actores principales que pueden ser al mismo tiempo creadores o distribuidores de contenido. los medios, los influencers y las plataformas con sus algoritmos. Pero el peso de cada actor va seguir variando.
Lo que denominamos medios clásicos (que producen contenido) seguirán vendiendo el criterio editorial de un colectivo. Unos pocos medios generalistas y muchos otros de nicho atraerán toneladas de suscriptores. Pero con sus restricciones editoriales les costará más retener talento, conforme la opción de convertirse en creador independiente se consolida. Y así, los medios colectivos seguirán perdiendo audiencia frente a esos profesionales autónomos.
Los creadores individuales ganarán la batalla y llevarán la fragmentación del ecosistema mediático al límite. Dos fuerzas confluyen en esta victoria: nuestra conexión emocional con el artista (más sobre esto al final del artículo) seguirá creciendo con los años. Y para echar más leña al fuego, la IA abarata los medios de producción y permite al creador individual generar contenido de una calidad que antes sólo estaba al alcance de empresas con el capital necesario para ello.
Y allí donde migran las audiencias, lógicamente, termina siguiendo la inversión publicitaria:
Por otro lado, tenemos plataformas tecnológicas como distribuidoras de contenido. Sean BlueSkies o Netflixes. Sus algoritmos cada vez mejor afinados, seguirán intermediando en nuestra ingesta de contenido y marcando la suerte de los creadores. Algoritmos que anticiparán cada vez mejor nuestros gustos. Motores de recomendación que ahora además mejoran ante la escasez de datos estructurados (que tengan de nosotros, o de otros usuarios) gracias a las capacidades de la IA generativa para trabajar con datos no estructurados.
Lo nuevo no es la existencia de estos tres actores, sino cómo estamos aprendiendo a navegar entre ellos conscientemente.
Y si no nos fiamos de lo que vemos, ¿de qué nos fiamos?
Cuando nada es verdad, todo puede ser verdad.
La frontera entre realidad y ficción es más porosa que nunca. ¿Un vídeo de un presidente anunciando guerras comerciales, el audio filtrado de un CEO o la influencer promocionando un producto? Nada escapará al escepticismo. Y ante esta crisis epistemológica asistiremos al desarrollo de tecnologías y auditorías digitales basadas en certificaciones respaldadas por autoridades regulatorias o corporativas de prestigio, que podrán llegar a soportorase con tecnologías como blockchain.
Curiosamente, esto dividirá a dos tipos de audiencia: por un lado, los usuarios que buscan fuentes sólidas en entornos más seguros, transparentes y controlados. Por otro, usuarios que otorguen una credibilidad acrítica a ciertos individuos visibles, aumentando así la vulnerabilidad ante teorías conspiratorias o acientíficas que serán explotadas por influencers con menores escrúpulos o menores capacidades de pensamiento crítico, por decirlo de manera suave.
La personalización publicitaria que no termina de llegar.
Cuando la IA nos conozca mejor que nosotros mismos,
la irrelevancia en la comunicación empresarial se convierte en gesto de mal gusto.
En el horizonte 2025-2030, nuestra expectativa de personalización cada vez más profunda en los puntos de contacto con contenidos y marcas seguirá creciendo. Cuando en 2003 (¡¡2003!!) lanzamos DiceLaRed, nuestros allegados se escandalizaban de que las marcas pudieran escuchar lo que todos escribíamos en Internet y que pudieran procesar sin consentimiento esta información. Hoy, tras años de madurez, y varios escándalos, todos damos por sentado que nos escuchan. Y cada vez estamos más acostumbrados a que las marcas entiendan nuestras preferencias, historial y contexto, y que por tanto nos presenten productos, recomendaciones o contenido relevantes. Hablaremos de privacidad más adelante en el artículo.
Por mucho que se empeñe la UE, las comunicaciones genéricas o no alineadas con estos intereses serán ignoradas (y puede que percibidas de forma negativa). De hecho, las pruebas de personalización demuestran resultados notables. Estas mejoras en relevancia, logradas con ayuda de IA, acostumbrarán al consumidor a un nivel de pertinencia mucho mayor en la publicidad y ofertas que recibe.
El marketing que aspira a tratar a cada cliente como un segmento de uno, se hará más viable (por tecnología y por coste). Y curiosamente, aún así tardará más en llegar de lo debido. Las capacidades de personalización (sin necesidad de una IA sofisticada detrás) lleva años con nosotros y siguen sin estar suficientemente extendidas.
Impaciencia y expectativa de atención pluscuamperfecta.
La experiencia perfecta existe. Y no espera a mañana.
La “economía de la impaciencia”, tal como se articula en el informe de Accenture Life Trends 2025, es una tendencia que enfatiza la necesidad de inmediatez y respuesta ágil por parte de los consumidores. Una dinámica en la que la inmediatez, la rapidez en la toma de decisiones y el consumo acelerado se convierten en motores clave de comportamiento y en que actores tradicionales del mercado (entidades financieras, educativas o de salud) se ven perjudicados. Con la llegada de la IA generativa, estos patrones se verán amplificados, impulsando el cambio en los hábitos del consumidor.
Esta impaciencia genera un nuevo paradigma en el que la calidad de la experiencia del cliente está intrínsecamente ligada a la rapidez y la eficiencia. Crecerá la preferencia por interacciones instantáneas y fluidas, a menudo automatizadas. Si en la década pasada el autoservicio web y los chatbots básicos ganaron algo de terreno, en los próximos años los consumidores se familiarizarán con asistentes conversacionales impulsados por LLMs multimodales e integrados en aplicaciones y dispositivos inteligentes.
Un asistente potenciado con un modelo de lenguaje puede entender preguntas complejas, acceder al historial del cliente y responder con precisión en segundos, a cualquier hora y en el idioma nativo. Para 2030, los consumidores estarán acostumbrados a consultar a un asistente virtual sobre cualquier asunto (desde detalles de un producto hasta seguimiento de un pedido o soporte técnico) y la expectativa será que el servicio esté “siempre disponible” y sea prácticamente inmediato.
¿Videojuegos o pelis a la carta? El horizonte del entretenimiento personalizado.
El entretenimiento combinará
contenidos hiperpersonalizados con experiencias comunitarias.
La IA generativa promete también modificar nuestros hábitos en el consumo de entretenimiento. Pronto veremos contenidos generados en tiempo real: universos de videojuegos que emergen espontáneamente, narrativas que se ramifican con cada decisión y experiencias audiovisuales cuyos guiones evolucionan según las reacciones del espectador.
Sin embargo, el entretenimiento es también una actividad social. ¿Con quién compartimos estas experiencias si cada uno transita por historias diferentes? Acudimos al cine en grupo, debatimos series y celebramos eventos deportivos en comunidad. La hiperpersonalización que puede funcionar en elementos publicitarios, puede no ser tan atractiva en productos de entretenimiento. ¿Qué sentido tiene consumir canciones “sólo para uno”, cuando lo que buscamos es bailarlas en un concierto rodeados de fans o sentirnos acompañados cuando cantamos el estribillo en un karaoke?
Ya hay indicios de este equilibrio. Como los NPCs (non-player characters) en videojuegos, que ofrecen interacciones personalizadas en contextos compartidos. Estos podrían anticipar un modelo híbrido que integra lo social con una personalización algorítmica medida.
Empoderamiento y activismo consumidor.
En la era de la transparencia, la auditoría ciudadana será la norma.
Aunque la IA entrega unas capacidades inéditas a las empresas, también le da mucho poder al consumidor. En unos años, los usuarios exigirán transparencia y la auditarán en tiempo real. Herramientas basadas en IA generativa y tecnologías de almacenamiento de datos incorruptibles y descentralizadas (o no) como blockchain nos permitirán verificar la procedencia de un producto o la veracidad de las declaraciones de sostenibilidad de una empresa, exponiendo manipulaciones en discursos corporativos con mayor precisión. Si lo juntamos con los agentes de compra que llegarán, los consumidores tendrán por primera vez la posibilidad de chequear la veracidad de certificaciones de sostenibilidad (o de antiwokismo, en función del lado en el que nos situemos).
Las corporaciones enfrentarán una vigilancia descentralizada e incansable, donde las contradicciones entre promesa y realidad son más visibles. Evidentemente, este escenario requiere mucha coordinación entre gobiernos, acción civil y también, cierta connivencia desde el sector privado. Y anticipo que los escenarios más sofisticados tardarán en llegar. Pero de alguna manera, ya estamos avanzando por ese camino.
Más acompañamiento en la compra.
Los agentes de compra nos descubrirán nuevos productos,
nos ayudarán a decidir y hablarán en nuestro nombre con agentes comerciales.
El laberinto de opciones al que se enfrenta el consumidor actual, —con infinidad de marcas, productos personalizables y un bombardeo informativo multicanal— es abrumador. Estudios de Google revelan que el 67% de consumidores considera que tomar decisiones correctas requiere más esfuerzo que antes, mientras un 56% ha abandonado compras por exceso de opciones.
Y aquí entra en juego la inteligencia artificial, con un valor que trasciende las simples recomendaciones personalizadas. Se trata de establecer relaciones conversacionales y multimodales que emulan la atención personalizada de los mejores vendedores físicos. La llegada de los agentes de compra cambiará las reglas del comercio a todos los niveles. Hace más de año y pico ya hablábamos de esta posibilidad en Rebel Intel:
Asistentes de IA que nos hacen la compra. ¿Qué pasará con el poder de las marcas?
Estos agentes prometen reducir la frustració posventa además. Las devoluciones en eCommerce, por ejemplo, podrían verse minimizadas al ayudar a los consumidores a visualizar con precisión el resultado de sus compras antes de realizarlas. Paralelamente, las decisiones más rutinarias —renovaciones de pólizas o contratos de servicios— serán gestionadas por agentes inteligentes que actúan en representación del usuario, convirtiendo tareas tediosas en procesos que transcurren de fondo.
El auge de la voz: hablar con las máquinas será lo cotidiano.
Por fin la tecnología hablará en nuestro idioma
en lugar de obligarnos a aprender el suyo.
En los próximos años, hablar con nuestros dispositivos se volverá tan común como es para nosotros hoy tocar una pantalla. Hace una década, la promesa de la interacción por voz que representó Alexa no terminó de cuajar por motivos fundamentalmente técnicos. Pero eso está cambiando. Hablar con una máquina hoy es una experiencia radicalmente diferente. Nos entienden, nos responden y la naturalidad con la que suena la voz sintética la hace indistinguible de una voz humana real (no dejéis de probar con Maya, recién lanzada por la startup Sesame). Igual que un dispositivo con pantalla táctil como el Newton no tuvo éxito una década antes de que sí lo tuviera el iPhone, en los próximos 5 años asistiremos a la consolidación de la voz como interfaz de interacción: por la calle, en casa, en el coche. "Baja el aire acondicionado, búscame dónde aparcar por esta zona”. Tendremos asistentes de voz en nuestros auriculares, en las gafas, en nuestras cafeteras y hornos microondas. Se hará normal ver a gente hablando a solas por la calle.
Aunque puede que no usemos la voz en todas partes: quizá no en oficinas abiertas o en el transporte público. Y seguiremos usando pantallas, botones y gestos para no molestar a otros o exponer conversaciones privadas. Y también, porque muchas veces apretar un botón es más rápido y sencillo. Porque a veces, una interfaz gráfica es más útil (desplegar un menú, para saber qué puedo hacer con una herramienta). Usaremos naturalmente la voz cuando sea práctico y el tacto cuando sea necesario. Y la tecnología entenderá esa mezcla de comandos hablados, gestos y el contexto en que estamos.
Compañeros digitales: nuestros nuevos confidentes.
Mayordomos y compañeros digitales:
resolviendo tareas cotidianas y dándonos apoyo emocional.
En cinco años, los agentes de IA no serán simples herramientas sino extensiones de nuestra identidad, compañeros imprescindibles en nuestra vida diaria. A diferencia de las herramientas actuales que esperan nuestras órdenes, estos agentes estarán atentos, aprenderán de nuestros hábitos y se anticiparán a nuestras necesidades. Se convertirán en mediadores de nuestras relaciones humanas, convirtiéndose en filtros sociales que nos dirán: "De las 50 notificaciones que has recibido hoy, solo estas tres merecen tu atención". Este filtrado constante potenciará algunas conexiones mientras diluye otras que nuestro agente considere menos importantes.
Al principio, les pediremos tareas básicas: responder correos, organizar fotos de familia o encontrar huecos en nuestra agenda. Pero pronto les daremos más autonomía. No sólo concertarán una cita médica cuando se lo pidamos, sino que nos sugerirá hacerlo al detectar patrones en nuestra salud a través de un reloj o un anillo inteligente.
Podríamos llegar a permitirles trabajar en segundo plano sin intervención directa. Cancelarán suscripciones que no usamos, negociarán mejores tarifas con nuestros proveedores y, durante una llamada de trabajo, nos susurrarán datos clave sobre las personas con las que hablas. Cada uno tendrá una relación única con su agente. Puede que tengamos diferentes agentes para diferentes ámbitos: salud, deporte, compañía y soporte emocional,… Algunos preferiremos asistentes proactivos que tomen la iniciativa; otros los buscaremos más discretos. Y para funcionar con fluidez, sabrán tanto o más sobre nosotros, que nosotros mismos.
Cuando tu asistente IA sabe más de ti que tú mismo: regulación, privacidad y el precio invisible de la conveniencia.
El verdadero lujo podría no ser tener el mejor asistente IA,
sino poder permitirse vivir sin uno.
Para que se conviertan en compañeros inseparables, los agentes de IA tendrán acceso a nuestras contraseñas, conversaciones, historial médico, rutinas diarias y preferencias más íntimas. Esta conveniencia tendrá un precio que apenas estamos empezando a entender. Cuanta más información le des a tu asistente, más útil será. Pero esa información no estará solo "en tu dispositivo" sino en servidores corporativos y potencialmente accesible para gobiernos o hackers.
También afectará a nuestra comprensión de las relaciones humanas. Cuando tu asistente te recuerde el cumpleaños de un amigo o te sugiera el regalo perfecto basado en su historial de compras, ¿seguirá siendo un gesto personal? Tu agente negociará con el de tu jefe sobre tu disponibilidad y con el de tus amigos para organizar quedadas. La sinceridad misma se volverá ambigua: ¿debería tu asistente decirle al de un amigo que rechazaste otra invitación ese mismo día alegando estar ocupado?
Evidentemente, no todo el mundo querrá dejar tanta información ni poner tanto control de sus vidas en manos de estas herramientas. Habrá, como hoy, gente que se dejará llevar y gente que se opondrá. Pero la enorme ventaja que proporcionará su uso nos hará complicado mantenernos al margen, igual que hoy es difícil vivir sin whatsapp.
El contrapunto: el valor de la creación y la relación humana.
La tecnología podrá replicar el arte,
pero no la conexión que sentimos con la persona que lo crea.
La creación artística bajo pedido—sea para una campaña publicitaria o el diseño de una vivienda unifamiliar—se verá impulsada por la inteligencia artificial, facilitando respuestas más precisas y rentables a demandas específicas. Sin embargo, la esencia creativa genuina, aquella que encarna el ethos singular e intransferible del artista, permanecerá ajena a la amenaza tecnológica.
Nuestra profunda conexión emocional con las personas (conocidas o desconocidas) no cambiará con la IA. Al menos, no en los próximos 5 años. La IA ya compone canciones, pero la gente querrá seguir coreando en masa en los conciertos de Taylor Swift. Los humanos somos mitómanos porque nuestra mente está diseñada para construir y creer en relatos. Los héroes, los líderes, los artistas individuales son más memorables e impactantes. El sistema mediático y económico refuerza esta tendencia, amplificando la visibilidad de figuras carismáticas en lugar de destacar el esfuerzo colectivo.
Igual que hoy una nota manuscrita nos genera mayor impacto, lo percibido como genuinamente humano mantendrá ese punto diferencial. Quizá se pongan de moda las etiquetas "AI Free". Igual que ocurre con la producción artesanal, el toque humano podría convertirse en un sello de exclusividad y confianza. Existirán servicios premium que ofrecerán atención personal como valor diferencial, frente a un mundo cada vez más automatizado.
Conclusión: expectativas y obstáculos diversos.
En cualquiera de los casos, las expectativas no serán homogéneas en todos los segmentos de consumidores. Las generaciones más jóvenes ya muestran mayor comodidad y curiosidad hacia la IA por lo que demandarán experiencias más innovadoras e interactivas. Es posible que adopten rápidamente avatares o asistentes personales impulsados por IA para gestionar aspectos de sus vidas (finanzas, viajes, ocio) y esperen que las marcas se conecten con esos nuevos intermediarios. En contraste, algunos consumidores mayores podrían preferir opciones híbridas (IA + humano) y necesitar más garantías de seguridad.
También he pasado por alto algunas de las barreras a las que se enfrenta la adopción de estas tecnologías. Siempre explico que el consumidor puede tener mucho interés en que un agente le haga la compra en un supermercado online, o que le pida un Uber, pero la empresa no tiene intención de soltar el control de la experiencia de interfaz fácilmente. A modo de ejemplo, hoy nos encontramos con bloqueos entre Apple y Google que poco tienen que ver con las capacidades tecnológicas ya existentes, e impiden una experiencia sin fricción.
Pero como se representa en la gráfica que ya hemos usado en Rebel Intel en ocasiones anteriores, lo esperable es que la industria tecnológica siga poniéndonos juguetes en las manos que nosotros iremos adoptando a buen ritmo, mientras que las organizaciones intentan seguir nuestro paso con la lengua fuera.
En síntesis, hacia 2030, el consumidor habrá consolidado una relación más profunda con la IA generativa, adoptaremos agentes que se vuelven progresivamente extensiones de nuestra identidad digital. Exigiremos experiencias conversacionales y personalizadas, y lo haremos también a través de la voz. Seremos menos pacientes con las marcas irrelevantes y algunos nos convertiremos en auditores de la transparencia corporativa. Sin embargo, frente a esta automatización ubicua, la conexión genuinamente humana seguirá brillando como un lujo exclusivo.
Espero que esta revisión de potenciales futuros haya sido de interés y quedan abiertos los comentarios si quieres matizar algún punto o crees que nos hemos olvidado de alguno que es importante.
El próximo domingo, volvemos a tu buzón.
Fernando.
Hace unas semanas anunciamos desde Good Rebels la creación de Kuantik, una división especializada desarrollo de soluciones IA.
Tres nuevos socios, Álvaro Fernández, Miguel Calle y Víctor Martínez se suman a Kike Valdenebro y Mar Castaño para crear un área que combina estrategia de negocio, gestión y análisis de datos, diseño de experiencia e interfaz de usuario, arquitectura tecnológica y desarrollo tecnológico para impulsar el crecimiento y la competitividad de nuestros clientes mediante el uso estratégico de la IA y su aplicación a soluciones de software de marketing bajo demanda o en modo SaaS.
Actualidad.
Vuelve Digg.com, un un clásico de la Web 2.0. Su fundador, Kevin Rose, y Alexis Ohanian, cofundador de Reddit, quieren resucitar el espíritu de comunidad y descubrimiento de la mítica web. La IA tendrá un papel destacado: servirá para moderar contenidos, controlar el spam y crear experiencias diferentes; por ejemplo, traducir textos al Klingon. NEW YORK TIMES
En el MWC de Barcelona, Perplexity y Deutsche Telekom han anunciado el futuro lanzamiento conjunto de AI Phone (difícil distinguir la pronunciación de “iPhone”), un teléfono que se controlará por voz para dar acceso a aplicaciones de Perplexity, Google Cloud AI, ElevenLabs o Picsart. Hasta 2026 no empezará a venderse en Europa. TECH CRUNCH
Los LLMs crean textos de modo secuencial, generando una palabra (o un token) detrás de otra. Inception ha presentado Mercury, el primer LLM que funciona con la tecnología de difusión: en vez de escribir una palabra tras otra, crea el texto completo de una sola vez, diez veces más rápido que los LLMs convencionales y hasta 1.000 palabras por segundo. Inception explica que Mercury puede tener aplicaciones entre los desarrolladores, IA conversacionales, aplicaciones móviles, servicios edge o agentes IA que necesitan respuestas inmediatas. Aquí se puede probar. ARS TECHNICA
Wallaby es el LLM desarrollado internamente por Walmart sobre la base de décadas de datos propios. Wallaby mejora las interacciones con los clientes al comprender sus intenciones y anticiparse a ellas; además, está integrado estratégicamente en toda la cadena de valor como impulsor clave de la innovación, desde las experiencias de compra hasta la eficiencia de la cadena de suministro. LINK
Prime Video inicia un programa piloto de doblaje por IA de películas y series. AMAZON
Reflexiones.
Tyler Cowen argumenta que, a pesar del entusiasmo, el impacto económico de la IA será gradual, estimando un aumento de solo 0,5% anual en el crecimiento. Sus razones: sectores ineficientes resistentes al cambio, cuellos de botella humanos (como la FDA para nuevos fármacos), el "efecto O-Ring" donde el humano se convierte en el eslabón débil, y la historia que muestra que las nuevas tecnologías tardan décadas en integrarse plenamente. Cowen no duda del potencial técnico de la IA—simplemente cree que chocaremos con la realidad de sistemas económicos y regulatorios que avanzan a su propio ritmo. LINK
Las alucinaciones son inherentes a los LLMs, tal vez no podrán nunca eliminarse por completo. Andrej Karpathy las ha definido como "sueños de máquinas": ante ciertas instrucciones, el LLM recuerda vagamente alguna parte de su entrenamiento y lanza una respuesta probable. Podemos considerarlas un desafío superable más que una debilidad fatal, probando métodos para mitigar su impacto. LINK
Los LLMs están reescribiendo el mundo... literalmente. Un estudio de la universidad de Stanford desvela que aproximadamente el 18% de las quejas de los consumidores financieros, el 24% de los comunicados de prensa corporativos y el 15% de las ofertas de trabajo de pequeñas empresas muestran claros signos de asistencia de la IA en su redacción. Incluso el 14% de los comunicados de una institución como las Naciones Unidas. Como dice Ethan Mollick, en los últimos 18 meses, hemos asistido a una de las mayores revoluciones de la historia de la comunicación escrita.
Research.
Alrededor de una cuarta parte (24%) de los consumidores utilizó la IA generativa en experiencias de compra, en comparación con el 20% del año pasado. Esta cifra es más alta en la Generación Z (de 18 a 25 años), con un 45%, y en los millennials (de 26 a 41 años), con un 41%, mientras que en la Generación X (de 42 a 57 años) y los baby boomers (de 58 años en adelante) combinados, es del 25%. Los consumidores más jóvenes, especialmente la Generación Z y los millennials, utilizan la IA generativa en sus compras, lo que indica una transición hacia experiencias de compra más tecnológicamente avanzadas. Esta tendencia sugiere que las marcas deben adaptarse para satisfacer las necesidades de estos nativos digitales, mientras que las generaciones mayores pueden necesitar más exposición y asistencia para involucrarse plenamente. CAP GEMINI (PDF)
Bain ha puesto números a las búsquedas "zero-click": el 80% de los consumidores se queda con el resumen que genera la IA en el 40% de sus búsquedas. Esto reduce el tráfico web entre un 15 y un 25%. Otro dato: alrededor del 60% de las búsquedas terminan sin un solo clic. Y entre el 40 y el 70% de los usuarios de LLMs utilizan éstos para buscar y resumir información, leer noticias y buscar productos recomendados. Forbes comparte un dato igualmente preocupante para los editores: los buscadores IA envian un 96% menos de tráfico a las páginas webs que las búsquedas orgánicas. ¿Nos dirigimos hacia una internet zero-click? Como recogíamos la semana pasada, Chegg ha sido el primero en movilizarse ante lo que consideran una amenaza para internet. BAIN
MCX.
Sabemos que la IA recorta notablemente los tiempos en los procesos creativos. Pero el factor humano todavia pesa (y mucho) para que el conjunto del proceso no resulte más ágil. Según un estudio de IPA (The Institute of Practitioners in Advertising) y WFA (World Federation of Advertisers), sólo el 23% de las agencias y el 56% de los profesionales de marketing consideran que el proceso de aprobación de las ideas creativas funciona bien. Como media, se necesitan cinco rondas de discusiones hasta que se da el visto bueno a una idea. LINK
Vidhya Srinivasan, responsable de Google Ads and Commerce, explica las nuevas vías para captar la atención de los impredecibles consumidores: innovaciones IA en las compras, asociaciones con creadores en YouTube, nuevas experiencias de búsqueda que utilizan IA... A medida que la atención del consumidor está cada vez más fragmentada entre dispositivos y plataformas, Google apuesta a la IA para ayudar a los anunciantes a crear contenido más personalizado y relevante entre el ruido. GOOGLE
Meta acelera la creación de interfaces de voz en sus IAs. FINANCIAL TIMES
WPP invierte en Stability AI. La alianza dará acceso a modelos multimodales que acelerarán campañas, mientras Stability —respaldada por Schmidt, Parker y Cameron— gana un socio global en momento delicado tras la salida de su fundador y la demanda de Getty. FINANCIAL TIMES
Herramientas IA.
Google continúa añadiendo funcionalidades IA a sus opciones de compra. Ahora incorpora Vision Match: el usuario describe la prenda que busca, y la IA sugiere ideas y opciones de compra. También añade la opción de probar productos de marcas de belleza con Realidad Aumentada. GOOGLE
Off Tópicos.
Marcas 100% digitales como Netflix o Wayfair están apostando por los establecimientos físicos para fortalecer la relación con sus clientes. Netflix abrirá locales a finales de este año, y Wayfair abrió su primera tienda hace menos de un año. Con las Apple Store como referencia, buscan lugares que sirvan como embajadores de la marca y lugar para nuevas experiencias. LINK
Esta muy bien Fernando...! es difícil y valiente desarrollar un ejercicio de prospección relevante sobre la IA y su impacto en el consumidor a futuro... yo añadiría tres cosas:
1- Algunos medios posicionados como curadores de contenido para distinguir entre lo real y lo sintético. Oportunidad para los medios... tras décadas de crisis...
2- La regulación: quizás todo esto vaya más despacio de lo esperado por la regulación, no solo del dominio de la IA/Privacy sino también de la regulación laboral y leyes de la competencia.
3- Social y antropológicamente, vamos a querer volver al Entorno 1 (Naturaleza) más que nunca, oportunidades para desarrollar experiencias físicas ... frente a lo sintético (Entorno 3) y las ciudades (Entorno 2) (citando a Javier Echeverría)...