En defensa de un tecno-optimismo racional.
La tecnología lleva siglos mejorando el progreso humano. Parar ahora o regular mal traerá más sufrimiento a largo plazo.
“Innovation requires faith in society”
Noah Smith
El lunes fui a la tele a hablar del Foro IA y uno de los tertulianos (no José Luis Martín, que me cautivó para bien) me vino a llamar “fanboy de la IA”. Respondí como pude, pero la tele no es el sitio apropiado. El sitio apropiado es éste. La palabra no es fan, de fanático. La palabra es tecno-optimista racional. Menos sexy, pero más precisa. Hay un libro de Matt Ridley sobre optimismo racional, y esta semana Marc Andreessen, fundador de Netscape y del fondo A16Z ha publicado un manifiesto sobre el tecno optimismo que ha levantado olas como escarpias. Voy a intentar explicar la intersección de ambos conjuntos en la edición de hoy, porque me va en ello mi salud mental.
¿Por qué creo que debemos ser tecno-optimistas? Si cada uno de nosotros ve con buenos ojos el desarrollo tecnológico, se acelera la innovación. Por un lado incentiva el esfuerzo (económico y humano) en el desarrollo de nuevas tecnologías a través de la inversión económica pública y privada. Por otro lado, se evita la mala regulación (malas decisiones colectivas) que pueden frenar ese desarrollo. Y yo soy tecno-optimista porque creo que la tecnología (la que existe y la que podemos descubrir en el futuro) genera más progreso social.
¿Por qué es bueno leer a Andreessen? Él escribió en 2011 Why software is eating the world. Si lo hubiéramos leído y aprehendido, hoy nuestras acciones valdrían mucho en bolsa. Por eso leí con intensidad su Why AI will save the world (echadle un vistazo a los casos de uso iniciales). Y por eso me he devorado su manifiesto a favor de la tecnología. Como buena diatriba, suena a panfleto y se echan de menos contrapuntos y algo de empatía con el sufrimiento marginal de los perdedores de toda revolución tecnológica. Pero en una escala del 1 al 10, me sitúo en un 8 a su favor. Soy de centro radical, pero en esto hay que posicionarse y no estoy en el centro. Soy tecno-optimista. Otros critican el manifiesto e imagino que es porque su postura política es demasiado visible para no hacerlo. Y hay mucha gente que es tecno-escéptico porque estamos programados para ver los riesgos antes que los beneficios. Creo que los tecno-escépticos le hacen un flaco favor a la sociedad. Ser escéptico de la tecnología ayudará a crear más sufrimiento del que creen evitar. Selecciono algunos puntos “aleatorios” del credo de Andreessen. Pero es un manifiesto largo, son muchos puntos y recomiendo leerlo entero:
We believe growth is progress – leading to vitality, expansion of life, increasing knowledge, higher well being.
We agree with Paul Collier when he says, “Economic growth is not a cure-all, but lack of growth is a kill-all.”
In fact, technology – new knowledge, new tools, what the Greeks called techne – has always been the main source of growth, and perhaps the only cause of growth, as technology made both population growth and natural resource utilization possible.
We believe that there is no material problem – whether created by nature or by technology – that cannot be solved with more technology.
We believe the market economy is a discovery machine, a form of intelligence – an exploratory, evolutionary, adaptive system.
El papel del estado en el desarrollo tecnológico y en la amortiguación del sufrimiento humano.
Ayer, Noah Smith escribió un largo artículo explicando por qué él es tecno-optimista y me ha inspirado la cita del inicio. Si tú no eres tecno-optimista, creo que leerle te ayudará mejor a hacerte preguntas. Uno de los puntos que echo de menos en el de Andreeseen con Noah Smith es que no le da tanto valor al rol de los gobiernos. La educación política de Silicon Valley ha cambiado con los años. Pero sigue subestimando el rol que juega el estado en el desarrollo tecnológico. Hay que leer a Mariana Mazzucato. En su libro The entrepreneurial state explica con muchos ejemplos cómo la labor del estado en el impulso de la innovación científica y tecnológica es clave. Porque la iniciativa privada no tiene incentivo en fases muy tempranas. Los mercados por sí solos no funcionan. En la siguiente ilustración, Mazzucato apunta a todas las tecnologías que tienen su origen en la financiación pública (en diferentes formatos), que terminaron posibilitando la creación de un dispositivo como el iPhone.
Evidentemente, el rol del estado no se limita a fomentar la innovación tecnológica, también ayuda a a crear un contexto de igualdad de oportunidades. Y a soportar sistemas públicos de educación y sanidad que funcionan para redistribuir la riqueza. Además, son los reguladores de la actividad humana, incluyendo la empresarial. Y aquí vienen curvas. No entraré hoy en el tema de la regulación de la IA, porque no es sencillo y en las próximas semanas preveo estudiar bastante antes de participar en algunos encuentros de trabajo al respecto. Con la inminente ley IA europea tendremos mucho que debatir.
Radical de centro (y algo obsesionado con los datos).
Mi amigo Sergio Martín me inspiró para declararme hace unos años como extremista del centro. Porque lo que nos gusta, suele venir ligado a lo que no nos gusta. Queremos lo bueno, sin tolerar lo menos bueno, y la vida no funciona así. Me pasé años intentando explicar a mis colegas ingleses que la pasión latina (that you like) hace que el español se olvide del reloj cuando se pone a hablar y termina llegando tarde a la siguiente reunión (and you don’t like it). Además, el mundo es mucho más complejo de lo que nuestra inteligencia artificial artificial (es decir, la inteligencia humana) puede asimilar. Como regla general, intento mantener posiciones moderadas y equilibradas. La polarización es hija de la pereza intelectual. Debemos mantener un espíritu crítico y retador frente a las milongas que nos quieren colar algunos (o los otros). Dicen que en la era de la IA, la desinformación campará a sus anchas. Y me río porque la desinformación siempre ha campado a sus anchas. Pudiera parecer que en la era de la IA, la fuente importa más. Pero, ¿de qué fuente nos fiamos?
La IA contamina, y lo sabes.
En El Economista se afirma esta semana “alegremente” que “La gestión y almacenamiento de los centros de datos generará el 21% del consumo eléctrico en 2030”. Digo lo de alegremente porque no citan la fuente del dato (que ya nos vale). Y a mí me pareció poco creíble. Porque lo es. En este paper de la OCDE de Noviembre 2022, se dice que el consumo de los centros de datos se estima en el 1% de la demanda global de electricidad. Y además, se ha mantenido constante en los últimos 10 años, por mejora en la eficiencia de los procesadores. Aunque es cierto que en el informe alertan de que puede que cambie la tendencia si el software (IA) creciera en necesidad de computación por encima de lo que podemos eficientar el hardware.
No sé de dónde sale el dato del Economista, y el de la OCDE me resulta bajo. No estoy diciendo que la IA no consuma electricidad. Parece que consume mucha, y va a consumir cada vez más. Estoy diciendo que la electricidad sólo genera el 25% de las emisiones de carbono. Que se trabaja ya a fondo para reducir el consumo eléctrico de datacenters (existe un claro incentivo económico) y sobre todo, lo que quiero decir es que la producción de acero y hormigón, la agricultura y ganadería y el transporte contribuyen mucho, mucho más al cambio climático. Y que si no se hubiera parado la energía nuclear en los ochenta, quizá hoy estaríamos mejor (y le tengo que dar la razón a Marc Andreessen). Frenar la IA o regularla en exceso desincentivando la innovación también puede perjudicar nuestra lucha contra el cambio climático.
Porque la IA no sólo nos ayuda a salir más guapos en las fotos, también se usa para reducir las estelas de los aviones o controlar la fusión nuclear. Algunos piden que se use la IA sólo para lo importante, aunque ellos mismos no borren las fotos inútiles del carrete de su iPhone. Siempre es más fácil predicar si te dan púlpito que tomarse la molestia de poner tu casa en orden. Pero el mundo no funciona de esa manera. La diversión es fuente de progreso. Para muchos innovadores el progreso es divertido. Y como la diversión tiene demanda, genera mercado, incentiva inversiones, que luego desemboca en la tecnología que nos ayuda a cambiar el mundo para mejor (siendo muy serios). Los filtros de Snapchat y AlphaFold, que desenmascara la estructura tridimensional de las proteínas, son hijos del mismo algoritmo (o al menos nietos de la misma red neuronal que parió a sus padres).
Tecno-optimistas a ciencia cierta.
Hay que sacudirse de encima el impulso genético de supervivencia que nos lleva a atender antes a los riesgos que a los beneficios en general, y de la tecnología, en particular.
Y si vamos a evaluar riesgos hablemos también de los que se producen por omisión. Como ejemplo, el retraso en la regulación de los coches autónomos está matando vidas todos los días y genera sufrimiento en familias de las víctimas y heridos. También debemos calibrar los riesgos en su medida. Como escribía hace unos meses, el impacto en la fuerza laboral puede no ser tan terrible como lo pintan. La historia va en contra de las predicciones fatalistas, y aunque esta vez es diferente, siempre es diferente.
Y repensemos los paternalismos impropios. Se dice que muchas de las profesiones en riesgo ahora son de alta cualificación. Si has estudiado en una universidad pública, todos hemos contribuido para que aprendas a reinventarte. Y eso sin contar que la formación es casi gratuita a día de hoy (gracias a la digitalización, por cierto).
Pero aún así, habrá inevitablemente perdedores. O puede que haya menos trabajo para todos. Y ahí deben entrar los estados para mitigar sufrimiento y redistribuir riqueza. Y los que podamos, empujemos para trabajar 4 días a la semana con el mismo salario, por cierto. Todos tenemos una responsabilidad social en esto.
Y ahora, los beneficios. Demuestra la historia del progreso tecnológico que el sufrimiento de hoy se verá compensado con el gigantesco beneficio aportado a las generaciones venideras. Tenemos una responsabilidad con ellas. Si hoy no aceleramos la fusión nuclear, dejamos un legado natural más pobre. Como dice Andreessen tenemos que crecer (el decrecionismo no es opción, ya lo siento) para mejorar las condiciones de vida de los menos favorecidos económicamente. Y la única forma de crecer, sin cargarnos el planeta y con una población mundial pronto en retroceso, es acelerar la productividad con la tecnología.
Frenar el desarrollo tecnológico (a algunos lobbies tecnológicos les interesa que los estados miren para otro lado pensando en Terminator) o sólo pensar en regular, no ayudará a resolver los problemas a los que se enfrenta la humanidad.
Que las grandes empresas tecnológicas se forren, no quita que la sociedad se beneficie con creces (se calcula 50 a 1 lo que ganamos nosotros frente a ellos). No son industrias extractivas, ni aparatosos instrumentos de vigilancia capitalista. Son fábricas de crear valor para la sociedad. Incluso los monopolios generan valor. Como dice Noah Smith, se hablará de la innovación que crearon los laboratorios Bell, y la que desencadenó Google con la IA generativa. Por si no lo sabías, la revolución de hoy es gracias, en parte, a que Google gana mucho, mucho dinero con otros negocios y pudo comprar (contratar a) la empresa de Geoffrey Hinton y comprar Deepmind y generar prácticamente toda la investigación soportada en redes neuronales como demuestra el paper del Gato o Attention is all you need. Ya nos vale. Proclamamos lo avariciosos que son, mientras navegamos gratis con Waze, usamos whatsapp para ver vídeos de nuestros nietos o nos entretenemos en TikTok.
El mundo está mejor hoy que hace 30 años, gracias al desarrollo científico y tecnológico. Y como soy tecno-optimista racional, creo que en los próximos 30 años no sólo no se producirá el fin de la humanidad, ni un desastre ecológico sin precedentes, sino que asistiremos a la mayor época de abundancia que haya conocido la raza humana. Y espero que la tecnología me alargue la vida lo suficiente para estar aquí y disfrutarlo.
El próximo domingo, vuelvo a tu buzón.
Fernando.
Hemos puesto de largo el Foro IA en MCX (Marketing, Comunicación y Experiencia de cliente). Impulsado por 18 ejecutivos MCX de grandes empresas y startups españolas para fomentar el aprendizaje y uso de herramientas IA. En foroia.es puedes registrar tu interés y dejar tu correo para estar informado de novedades y actividades del Foro.
Enlaces de interés para el profesional MCX.
Aquí van algunos enlaces de esta semana que me ha parecido relevantes:
Agustín Cuenca me ha recordado que arranca la próxima semana Liderando con Inteligencia Artificial. Un programa formativo para directivos empresariales de cuatro fines de semana (medias jornadas viernes y sábado). Descubre cómo la inteligencia artificial está redefiniendo el panorama empresarial y transformando la forma en que las organizaciones toman decisiones y gestionan sus operaciones. Y que si le decís que sois lectores de Rebel Intel, ¡¡os hacen un descuento del 20%!! → LINK
Y en formato largo (y técnico), UDIT arranca la primera edición de un Master en Inteligencia Artificial que le puede cambiar la vida a alguien que tú conoces :) Y tampoco me patrocinan este enlace. Es un master técnico y requiere background tecnológico. Nuestra socia, directora del área de IA y datos de Good Rebels y mejor amiga, Mar Castaño, tiene decidido hacerlo. UDIT
Si trabajas en una agencia de medios, tendrías que leerte este artículo. Y si trabajas con agencias, quizá también. The state and future of the media agency, from client spending to AI’s impact. Digiday Media Agency Report 2023. DIGIDAY (sin paywall)
Me preparé una pregunta que sabía que me iban a hacer en alguna entrevista: ¿Cuáles son los riesgos del uso en la empresa de la IA generativa? No es un tema que me apasione, pero me he encontrado artículos en medios “de prestigio” que eran entre malos y “muy malos”. Que mezclaban terminators con merinas y no hay cosa que más me saque de bisagra. Este sin embargo me pareció robusto. Es de junio, pero vale aún :) HARVARD BUSINESS REVIEW
Dos cosas de esta sesión de prensa de Gartner que me han llamado la atención. Los “custobots”, ¿qué pasará cuando nuestros clientes no sean humanos, sino agentes de compra? Dice Don Scheibenreif que se va a acelerar y veremos muchos antes de 2028. Hablé de ello en Asistentes de IA que nos hacen la compra. También cuentan que 2024 es el año en que se democratizará la IA generativa. Y habrá una IA del día a día y una IA que cambia el juego. La primera, nos hará más productivos a todos, y se nos hará normal muy, muy rápido, vía los Copilots o Duets AI del mundo. No aportará ventaja competitiva, porque rápidamente se extenderá y todos la usaremos. En la segunda, es donde residen las oportunidades: IA que ayuda a diseñar, producir, entregar nuevos productos y servicios. VENTURE BEAT
Pregunta del millón: ¿penaliza Google el contenido creado con IA? Respuesta corta: sí. Respuesta más elaborada: no, mientras el contenido sea de calidad. Contenido de mala calidad generado por IA será detectado y penalizado por pobre, no por "artificial". Aunque lo cierto es que se está posicionando muchísima basura (es un dato experimental que sufrimos todos). Y a recordar, el propio OpenAI tumbó un proyecto para detectar si un contenido estaba generado por ChatGPT por falta de fiabilidad. SEARCH ENGINE LAND
De vez en cuando, dejo un post sobre el funcionamiento de los LLMs. Siempre hay quien tiene curiosidad por conocer los entresijos tras los interfaces de las aplicaciones que usamos. Y yo soy fan de intentarlo :) Parece útil este back to basics en el blog de Flyte que explica los conceptos clave tras los LLMs. LINK
Satya Nadella saca pecho en su carta a los accionistas. Pero ¿cómo va Bing? “Aunque aún es pronto, el año pasado los usuarios de Bing participaron en más de mil millones de chats y crearon más de 750 millones de imágenes al aplicar estas nuevas herramientas para hacer cosas. Y Edge ha ganado cuota durante nueve trimestres consecutivos.” LINK
Just Eat va a lanzar un asistente IA dentro de su app para realizar pedidos por voz y texto. Lo lanzarán en pruebas en UK en las próximas semanas. El objetivo es que el usuario pueda descubrir nuevos restaurantes con recomendaciones personalizadas o hacer pedidos usando preguntas específicas “una buena hamburguesa de precio medio”. Uber planea hacer algo parecido. Esto dejará de ser noticia en breve. JUST EAT, UBER
Interesantes ideas, Fernando, que dan para un debate en persona... Eso sí, después de leer tu post completo, no parece que estés de acuerdo, como afirmas, en 8/10 con Andreessen. El manifiesto de Andreessen dedica más espacio a la política que a la tecnología y en la parte política tiene un discurso muy facilón y bastante caduco. No sé cuál piensa que es su público objetivo, pero me esperaba bastante más de él. Por si no has leído ya esta opinión, merece la pena: https://www.wired.com/story/plaintext-marc-andreessen-techno-billionaire-wrong-techno-optimism/
Un abrazo.
Muy buen contenido e interesantísimo tema. Gracias Fernando.