La batalla de los navegadores IA.
La IA va a ir transformando nuestra navegación web. Reescribiendo la interacción digital y la propia cadena de valor de Internet.
La IA está redefiniendo nuestras interacciones digitales, y el próximo objeto de cambio es una de las herramientas digitales básicas: el navegador web. La Inteligencia Artificial busca rediseñar las utilidades clásicas, transformando nuestra manera de buscar y acceder a la información y comprar productos.
Un navegador IA no es un Chrome o un Safari al que simplemente se ha añadido un chatbot vitaminado en la barra lateral. Si los navegadores tradicionales los conducimos manualmente (escribiendo URLs, abriendo marcadores, haciendo clics, agregando pestañas…), los navegadores IA son vehículos autónomos a los que damos una intención. Les encargamos una tarea (”Encuentra los mejores vuelos a Milán para el fin de semana por menos de 300€”, “Compra los ingredientes para esta receta y encárgalos para esta tarde”) y toman el control, automatizando tareas complejas y flujos de trabajo. Una herramienta pasiva convertida en un agente proactivo que trabaja para nosotros.
Técnicamente, esto se logra mediante los denominados headless browsers y sistemas agénticos que operan en segundo plano. Son navegadores programados para ejecutar JavaScript, rellenar formularios, añadir productos al carrito e incluso resolver CAPTCHAs. Funcionan gracias a una combinación de tecnologías: Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN) para interpretar órdenes conversacionales; Visión por Computadora (como OCR) para identificar y comprender elementos visuales (botones, imágenes, formularios); tecnologías de automatización (como Playwright), como sistema motor que ejecuta las acciones físicas (hacer clic, escribir, desplazarse, navegar entre páginas); y Aprendizaje por Refuerzo (RL), para aprender del comportamiento del usuario y de los resultados de sus acciones.
La nueva batalla de los navegadores.
Los más veteranos recordaremos la guerra de navegadores que comenzó a finales de los 90’s del siglo pasado entre Internet Explorer y Netscape (después vendrían Firefox, Opera, Safari, Edge, Chrome…). Y ahora la batalla se repite. Un juez acaba de dictaminar que Google no tiene por qué vender Chrome en parte porque su monopolio (ostenta cuotas de mercado entorno al 70%) se encuentra amenazado ante la llegada de los LLMs.
Está en juego posicionarse como la interfaz principal de interacción con la web. Quien controle el navegador (IA), controlará el acceso a la información, el comercio y la publicidad. Dispondrá de más datos de usuario para personalizar mensajes publicitarios y afinar sus agentes IA, lo que atraerá a más usuarios, generando a su vez más datos…
Estos son los principales actores que buscan destronar Chrome:
Comet de Perplexity: nacido como un “motor de respuestas”, ha evolucionado hacia un agente que compara productos, lee reseñas y completa pedidos directamente. Se financia a través de un modelo de suscripción premium.
Dia de The Browser Company: con enfoque disruptivo en la UX, busca construir un navegador que “piense por ti”, resumiendo, contextualizando y actuando. Incluye la asistencia en investigación, la comparación de información entre múltiples pestañas y la capacidad de transformar correos electrónicos extensos en listas de tareas accionables.
Neon de Opera: por 20$ al mes, los usuarios pueden probar funciones como crear aplicaciones con prompts y flujos de trabajo a través de un sistema llamado Cards. Por otro lado, Aria es el asistente IA gratuito integrado en el navegador Opera estándar. Ofrece funciones más convencionales como un chatbot, resumen de páginas y organización automática de pestañas, una introducción más accesible a las capacidades de la IA en la navegación.
Brave Leo: con énfasis en la privacidad, ofrece funciones de resumen de páginas, generación de texto y respuesta a preguntas sobre el contenido visualizado.
Copilot Mode: Microsoft está integrando su IA directamente en Edge. Su principal ventaja es la conciencia contextual, que le permite entender la relación entre las diferentes pestañas abiertas para responder preguntas complejas.
Desde hace mucho tiempo, abundan rumores de que OpenAI también podría lanzar un navegador abundan. La última ola, de julio, habla de que podrían usar Chromium (el código abierto de Chrome) y combinarlo con Operator, su modo agéntico. Quizá estén esperando a confirmar que el navegador pueda convertirse en el interfaz preferido para el acceso a la IA generativa.
Pero evidentemente, Google no se estaría quieto. Son propietarios de Gemini, uno de los LLMs más potentes del mercado y del navegador más usado. Desde hace meses, están explorando la experiencia de uso de un navegador IA, con Project Mariner. Y hace dos semanas, anunciaron la integración de la IA directamente en Chrome y en las búsquedas, intentando no perder su hegemonía como puerta de entrada a internet.
Capacidades aumentadas + pérdida de autonomía = marcas descolocadas.
Para el consumidor, la promesa es una reducción de la fricción digital, y la eliminación de la carga cognitiva asociada a la compra (comparar pestañas, rellenar formularios, atravesar las diferentes etapas del funnel…). Como en otras mejoras que nos ha traído la IA, es la transición de operario al mando a director/supervisor. Pero esta comodidad conlleva costes: se pierde control directo, se reducen los descubrimientos serendípicos, se homogeneizan las decisiones al confiar en el criterio del algoritmo. Delegamos la tarea, pero también perdemos autonomía. ¿O estamos aumentando nuestra capacidad de proceso y actuación con un mundo cada vez más digitalizado?
Hace unos meses revisábamos cómo nuestros hábitos van a cambiar en los próximos años.
Para las marcas, las implicaciones son inmensas. Los ecosistemas digitales (el periodismo, el comercio electrónico, la publicidad online) se basan en la premisa de que hay seres humanos viendo las páginas. La atención humana genera ingresos. Ahora, las cosas cambian. El intermediario tradicional entre el producto y el cliente -el motor de búsqueda- está siendo reemplazado por un agente con plenos poderes. Todo el proceso de compra -desde el descubrimiento hasta la compra final-, podría suceder dentro de una interfaz conversacional, sin que el cliente llegue a visitar la tienda online.
También cambia el SEO tradicional: ahora se trata de optimizar los datos de producto para el proceso de toma de decisiones de un algoritmo. Y surgen muchas otras preguntas: ¿qué será de la web abierta, tal y como la conocemos, si todo se agentiza? ¿Qué implicaciones éticas y de privacidad (sesgos, recopilación de datos, etc) tienen los navegadores IA? ¿Cómo se monetizará el contenido, si no hay usuarios viendo publicidad?
Decíamos hace unas semanas que es poco probable que la web agéntica sustituya por completo a la tradicional. Los humanos seguiremos buscando experiencias, disfrute estético y descubrimientos no dirigidos. Lo que toca ahora es trabajar simultáneamente en la web agéntica paralela: una infraestructura optimizada para la interacción máquina-máquina, basada en APIs y protocolos, que conviva con la web visual y experiencial para humanos.
El próximo domingo, volvemos a tu buzón.
Fernando y Carlos.
Con la vuelta al cole, se ha acelerado mi actividad en ponencias y congresos. Esta semana hablaba en UNE, la asociación española de normalización, la anterior en un congreso de dermatólogos de la mano de L’Oréal, la previa, convenciendo a concesionarios de una marca premium de coches de que la IA también va con ellos.
Esta semana podéis inscribiros en esta sesión que modero para APD sobre gestión del cambio y retos culturales en la adopción de la IA.
Actualidad.
El gran momento de la semana ha sido el lanzamiento de Sora 2 de Open AI, con Cameo (¿eufemismo de deepfake?) como función estrella. Viene acompaña de una aplicación específica para los vídeos (scroll infinito de videos de 10 segundos), similar a lo que Meta ha hecho con Vibes. ¿Acaso es este el futuro del social media? Crear a tiro de prompt tonterías fácilmente consumibles. ¿A qué nos recuerda esto, TikTok?
Microsoft ha lanzado un Modo Agente de Office y Copilot (impulsado por Anthropic), de modo que se puedan hacer todo tipo de peticiones en documentos en modo conversación. Ahora sí, parece que Claude (y no ChatGPT) esté acercando más a los usuarios de Office a la promesa del “vibe working”. THE VERGE
Amazon ha presentado una nueva generación de dispositivos Echo diseñados para funcionar con Alexa+, con chips AZ3 y AZ3 Pro para interacciones más rápidas y personalizadas, sensores Omnisense para una mayor proactividad, pantallas mejoradas y nuevas funcionalidades de organización del hogar. Google también ha presentado nuevas utilidades del asistente de voz en su Google Home, con nueva gama de altavoces y cámaras de vídeo optimizadas alrededor de Gemini. AMAZON, GOOGLE
El Foro Económico Mundial defiende que no hay una burbuja especulativa en torno a la IA, sino un auge basado en fundamentos sólidos. La inversión masiva en infraestructuras de las “Siete Magníficas” justifica el optimismo. No obstante, esta bonanza es frágil y depende de que las grandes empresas mantengan su gasto. También Deutsche Bank cree que la inversión en infraestructuras IA es lo único que está salvando a los EEUU de entrar en recesión. WEFORUM
OpenAI sigue avanzando para que ChatGPT sea un motor transaccional con capacidad de compra. Esta semana ha anunciado Agentic Commerce Protocol, un estándar abierto co-desarrollado con Stripe. Los usuarios estadounidenses de ChatGPT pueden ya comprar directamente a vendedores estadounidenses de Etsy desde el chat, y pronto se sumarán más de un millón de comerciantes de Shopify, como Glossier, SKIMS, Spanx y Vuori. OPENAI
¿Nota de prensa o síntoma de los tiempos? El prompting básico se va a acabar. Citi forma a sus 175.000 empleados para que aprendan a hacer prompts comme il faut. LINK
La reducción del coste de operación de los LLMs es uno de los grandes motivos de la aceleración de la adopción de estas herramientas en 2025. Estas noticias técnicas, suelen pasar más desapercibidas, especialmente en semanas intensas de actualidad como la que hemos vivido. Pero son críticas en esa tendencia del coste a la baja que harán que la IA lo inunde todo. Al grano: investigadores de DeepSeek lanzaron el lunes un nuevo modelo experimental, diseñado para reducir drásticamente los costes de inferencia cuando se utiliza en operaciones de contexto largo. TECH CRUNCH
La traducción en tiempo real de los Airpods de Apple impresiona. Apple, la que va por detrás, no deja de dar pasos. También es interesante ver cómo los desarrolladores están usando las funcionalidades IA “locales” (en el teléfono) de iOS 26. NYT, TECH CRUNCH
Reflexiones.
La predicción que lanzó Geoffrey Hinton en 2016 no se ha cumplido: la IA no ha reemplazado a los radiólogos, aunque pareciera un campo ideal para la automatización. La demanda de radiólogos está incluso en su punto más alto desde 2015. La IA no los ha sustituido por tres motivos: la brecha entre el rendimiento en pruebas controladas y la realidad de los hospitales, la resistencia de reguladores y aseguradoras a aprobar herramientas totalmente autónomas, y el hecho de que el trabajo de un radiólogo va mucho más allá del simple diagnóstico de imágenes (la mayor parte de su tiempo se dedica a la comunicación con pacientes y otros especialistas). LINK
Julian Schrittwieser (investigador en Anthropic, ex DeepMind) desmiente el supuesto estancamiento de las capacidades de la IA. Aunque tenga errores o necesite supervisión, la IA hace hoy cosas inimaginables hace pocos años. Si el progreso actual se mantiene, los modelos de IA podrían operar de forma autónoma en jornadas de 8 horas para mediados de 2026, y a finales de año, al menos una IA podría igualar a expertos humanos en diferentes industrias. Para finales de 2027, superar a especialistas en tareas complejas podría convertirse en algo habitual, sostiene Schrittwieser. LINK
Research.
Los modelos generativos de vídeo, como Veo 3, podrían evolucionar hacia modelos de comprensión general a partir del razonamiento visual. Y esto porque están desarrollando capacidades zero-shot, es decir, son capaces de realizar tareas para las que no fueron explícitamente entrenados, como segmentar objetos, detectar bordes, y comprender propiedades físicas. LINK
Un montón de estadísticas importantes y aburridas sobre cómo los americanos se relacionan con la IA. De primeras, sus titulares parecieran querer rebajar la intensidad del fenómeno. El desasosiego sigue muy presente. Por ejemplo: la mitad de los americanos creen que la IA erosionará nuestra capacidad creativa (el vaso medio vacío). PEW RESEARCH
MCX.
Algunas claves del estudio The impact of AI on digital advertising, de IAB: el 85% de las empresas ya utiliza herramientas IA para marketing, aunque solo el 43% ha desarrollado directrices internas de IA. El 81% está interesado en comprar o vender espacios publicitarios en plataformas IA.
La primera campaña de Open AI (tres anuncios que se han visto en UK y EEUU, vendrán más) muestra gente corriente utilizando ChatGPT como asistente para tareas cotidianas (cocinar para la pareja, planificar un viaje...). Aunque ChatGPT ya cuenta con 700 millones de usuarios, la idea es hacer perder el miedo a quien todavía no lo usa, presentando la herramenta como un socio creativo para el día a día. Y pronto, como un canal para comprar cosas.
Meta ha anunciado que a partir de diciembre comenzará a utilizar el historial de conversaciones con sus productos IA para personalizar la publicidad en sus plataformas. Meta dice que las interacciones con la IA son un reflejo de los intereses del usuario, de la misma manera que lo son los “me gusta” o las búsquedas. LINK
ChatGPT representa ya el 20% del tráfico referido de Walmart (ojo, el tráfico referido a este tipo de retailers puede oscilar en el 5% del total). LINK
Off Tópicos.
Cómo Unilever está llevando a cabo un plan de locos: invertir la mitad de su presupuesto de medios en creadores e influencers. Muy comentado esta semana en Good Rebels. LINK
La IAB rebaja sus previsiones de inversión publicitaria en EEUU en la segunda mitad del año, debido a las circunstancias macroecónomicas. Los anunciantes están redirigiendo sus presupuestos de marketing hacia campañas de funnel bajo o de rendimiento, que buscan resultados directos y medibles (redes sociales, retail media, televisión conectada). IAB